Jan 22, 2014

ISAIAS 40: Portadores de Buenas Noticias. ¡El Dios Eterno llega con poder!


Isaías por muchos años estuvo predicando sermones poderosos, elocuentes, intrépidos. Sermones que nadie quería escuchar. Él predicó arrepentimiento y salvación para Jerusalén y Judá. Después de revelar las advertencias de destrucción por sus injusticias, idolatría y falta de integridad, un sufrimiento silencioso se expresa en la noche oscura del alma, ¡el tiempo del castigo y del exilio llegó! El pueblo no se arrepintió y fue llevado para el exilio.
En medio de esta noche oscura un destello irrumpe para dar paso a un sendero iluminado por la gracia de Dios. Un nuevo sermón se escucha (consuelen, consuelen a mi pueblo), un sermón que tiene el poder de penetrar los caminos subterráneos más escondidos del torrente humano. Sermón que penetra hasta lo más hondo y consigue transformar todo lo que encuentre a su paso (prepárense para la llegada del Eterno). Este sermón en el exilio trae imágenes poderosas después del “mensaje de juicio” (Cap. 1-39), que dan paso a imágenes de un gran consuelo (Isaías 40-55).
Las  palabras utilizadas por el profeta no son meras palabras, son palabras que traen a la existencia aquello que ellas afirman, son palabras que tienen su linaje en Génesis: “dijo Dios: ‘sea la luz’, y la luz se hizo” (Gn. 1:3); palabras vinculadas a Jesús cuando le habló al paralítico: “levántate y anda” y él se levantó (Mc. 2:11-12). Fue esto lo que el profeta  hizo, él Dijo: “¡Aquí está su Dios! Miren, el Señor omnipotente llega con poder” (v.9-10). Y fue eso lo que hicieron. Personas que estaban ciegas miraron a Dios, personas que estaban sordas escucharon a Dios. Por medio de la predicación del profeta, personas que estaban con todas las apariencias de no ser un pueblo de Dios, pasaron nuevamente a serlo, sustentados profundamente por una predicación  que es designada por el profeta como evangelio (buena noticia o buenas nuevas, v.9).
El termino y concepto ‘evangelio’ es traído e incrustado por nuestro profeta. Esta palabra no es acuñada por Isaías, pero vemos claramente como él la emplea de una  nueva manera, pero vemos en los evangelios el mismo uso de Isaías. En esa época era común utilizar el término en relatos ya fueran estos buenos o  malos. Pero el profeta usa el término mucho más que contar un simple cuento. El profeta concentra toda la proclamación de la presencia activa de Dios en nuestras vidas, y no solo en  nuestros corazones, también en nuestra historia, no solamente relatando las noticias, también lo hace proclamando las grandes obras y maravillas del Creador.  Anuncio de la voz de Dios, de la creación de Dios, y de la salvación de Dios (9). La primera tarea del profeta fue recuperar el sentido original y verdadero del Dios vivo, presente, el Dios de la salvación.
Jerusalén, portadora de buenas noticias,
    ¡alza con fuerza tu voz! Álzala, no temas;
    di a las ciudades de Judá:
    «¡Aquí está su Dios!»

Discípulos y discípulas de Jesús en todos los rincones de nuestro contexto, recuperemos el sentido original y verdadero del Dios vivo, presente en cada momento de nuestra historia.

Oasis de Redención,  portadores de buenas noticias,
    ¡Alcen  con fuerza su voz! Álcenla, no teman;
    Digan en Antofagasta.
    « ¡Aquí está su Dios!»

¿Estamos cansados? ¿Acaso no nos hemos enterado que el Dios Creador y sustentador, Jesucristo el Señor de la historia, nuestro redentor que viene con poder, no se cansa ni se fatiga?  

Él Eterno fortalece a los cansados, y renueva las fuerzas de aquellos que han desistido. Sigamos como portadores de buenas noticias, alzando la voz esperando que ¡El Dios Eterno llega con poder!

Jan 2, 2014

Comiendo Arena.


 Cierta vez comí arena en la playa, no la encontré tan mala, simplemente no encontré ningún sabor en ella que me hiciese volver a intentarlo. Una cosa que si me agradó fue la textura de ella en mi boca, era una textura diferente, sin ningún sabor interesante pero que parecía entretenido, eso, solo me pareció entretenido.

 Mientras estábamos en la playa el 01 de enero, compartiendo con algunos amigos el año nuevo, en unos de esos momentos claves, que solo un bebé de un año puede encontrar, veo a algunos metros de distancia que mi hijo Tomás  estaba comiendo arena. No me preocupé tanto pues mi amada esposa se encargó rápidamente, de limpiarlo. Por mi parte, después de eso, quedé ojo al charqui por si el perla quería seguir comiendo. Mientras me acercaba para tomarlo, con una velocidad que solo los bebés tienen, Tomás tomó un puñado, sí un puñado de arena y se lo echó a la boca, luego que mi hijo hizo eso, escucho como chupa la arena, y lo hacía como si estuviera chupando una fruta o un postre cualquiera, cuando le fui a revisar su boca no tenía una sola pizca de arena, esta desapareció fugazmente en algunos mili segundos. 
Muchos padres han visto, y obviamente que las opiniones son diversas, quiero quedarme con la del sentido común, que incluso facultativos hacen, no pasará nada por comer un poquito de arena, tierra, etc. El gran problema es lo que ve un papá primerizo, una especie de desesperación, que se transforma en tranquilidad después de ver a tu hijo con una sonrisa gigante luego de haber comido arena.

¿Y cuál es la lección moral de esto? ¿De qué manera esto puede contribuir para mi vida? No lo se, simplemente tuve ganas de escribir y decidí escribir sobre esta experiencia, que como padre primerizo me llamó mucho la atención, pues estoy como un amigo de facebook, que escribe todas las cosas que hace por primera vez después de haberse casado (ayer leí que era su primer año nuevo después de casado, ja). Obvio que me llamó la atención cuando chupaba esa arena, y yo escuchaba ese sonido, y  me imaginaba como se iba por su garganta.


Pero en definitiva, igual hay una cosa que quiero decir. El Tomás era libre y feliz mientras se comía ese puñado de arena, no había en su cara preocupación, simplemente vivía a concho ese momento. Quizás pensaba, mmm no voy a volver a tener otra oportunidad como esta, la aprovecharé, que se yo lo que se imaginaba, lo único que se me ocurre es que él estaba disfrutando, y así lo hizo, y yo no le quité, por lo menos ese placer. 
Uf ! Cuanta falta nos hace vivir nuestra vida a concho, no importa lo que ocurra. Aprovechar los instantes que tenemos, que nuestro Padre celestial nos brinda. Muchas veces somos con  nosotros mismos como aquellos padres primerizos miedosos que se espantan por todas las cosas que están ocurriendo a nuestro alrededor. Nos privamos de amigos, nos privamos de situaciones, o incluso placeres, simplemente porque pensamos que la arena nos ahogará y nos matará. 
Quiero vivir esta vida a concho, quiero aprovechar de comer puñados de arena, porque quizás, es posible que mañana esta arena ya no esté más.


El Pantocrátor («todopoderoso», del griego παντοκράτωρ) cuida de nosotros, y no es como nosotros, pues su cuidado tiene que ver al mismo con su enseñanza. Disfruta de la vida día a día, pues es una nueva oportunidad que Él nos da para vivirla al máximo.
Y para no olvidarnos, hoy por la mañana Tomás hizo caquita (así dijo mi esposa Mailyn), y obviamente venía con arena, y como punto final no tuvo ningún tipo de problema. 

Come arena y disfruta al máximo lo que Dios te da.
Feliz Año 2014.

La Paz del Señor
José